

El viernes me va a tocar ir a buscar mi hogar para los próximos cuatro años.
Ya empaqué algunas de mis cosas y metí libros, cada que doblo un suéter me acuerdo de las muchas cosas y personas que extrañeré de Guadalajara.
Pero cada que lo meto a la caja me late mi corazón por que sé que cuando lo vuelta a usar estaré en México.
Es una bipolaridad instántanea de lo más reconfortante y temible.