martes, 29 de junio de 2010

In my place

Si hay algo que me cuesta mucho trabajo entender es cuando las cosas se vuelven simples.
Porque desde tiempos remotos le había puesto más sentido y significado a las cosas de lo que realmente son, osea como quién dice mi paranoia habia subido y mi dramatismo estaba al tope de los topes.

Como cuando intentaba decifrar los silencios, o esperaba a que alguien adivinara mi pensamientos o casulamente descubriera lo que yo queria que hiciera pero eso casi nunca pasaba y entonces me decepcionaba y frustaba mucho. Lo cierto es que en situaciones criticas siempre he sido buena para no decir lo que siento, y resultaba peor porque entonces se convertia en una obsesión que alguien más lo adivinara pero el resultado era el mismo, y otra vez ,un circulo vicciosa bastante malo.

Pero ahora, veo las cosas diferentes. Aunque todavía no supero eso de vomitar los sentimientos, hay muchas cosas que realmente creo que no valen la pena inyectarle dramatismo o importancia. Y eso me da miedo, porque pretender envejecer no es bueno; tal vez termine como una persona que dejo de soñar porque creyeron que la vida les dio la decepción de los tiempos y anda por el mundo refunfuñando contra los soñadores y cortandole las alas. Y no me gustaria terminar como esas doñas.

Y es lo malo de llegar a ser un joven adulto prematuro, hay que elegir bien las prioridades de la vida.
Ser más realista y enfrentarse a las circunstancias que generan nuestras decisionesm porque la colectiva abofeteada de la etapa productiva adulta seguramente ya les llegó a todos los de mi generanción.

Pero estos días he sentido como que no estoy tan lista para eso. Me dan ganas de regresar corriendo a mi epoca de adolescente y tomar otros caminos, me dan ganas de decir que puedo crecer tomando caminos espontaneos, que hay cosas que si pueden durar para siempre, y me dan ganas de encerrarme en una burbuja, pero sé que no puedo hacer eso, que así las cosas no salen bien, que habrá más inestabilidad que felicidad y que no me convierte en mejor personam de hecho no se en que me convierten...

Tal vez lo que me da más tristeza de todo este asunto es saber con certeza que muy probablemente al categorizar todo en esta vida, yo haya bajado algunos escaloncitos en tu piramide de prioridades, y tal vez deberia de hacer lo mismo, pero mi chica de 16 años que aún tengo despierta no me deja.