miércoles, 29 de febrero de 2012










miércoles, 22 de febrero de 2012

Mariana comenzó a hacer un blog para Microeconomía. La nueva era de la tecnología nos ha tocado la nariz. Pero me gusta que la gente comienze a hacer cosas nuevas. Como yo, que ahora he dedicido llevar la ropa a la lavandería pese a que no le quitan bien el chile a los pantalones.

Últimamente he estado ausente y escondida. He tenido encuentros desafortunados y para llegar a la escuela he viajado en camiones tan pequeños que terminas aplicando la voladora en el último escalón de la puerta de atrás. La imagén de cliché de las avenidas.

En el salón hay un chico que viene de Michoacán tiene el acento diferente y me parece que tiene pedos traumaticos con la violencia. Defiende la justicia propia violenta a raíz de la insuficiencia jurídica. Justifica la matanza de los demás a cambio de salvaguardar su propio pellejo. Y es triste. Y desconcertante. Y desesperante. Y está guapo. Pero me cae gordo por intolerante.

En fin, decidí no entrar a clase de Política porque ese Capitulo de Marx ya me lo sé. Y porque pensaba hacer mis ejercicios pero para pronto me sedujo romperme los dedos compulsivamente.
Le hablé a mi mamá para preguntarle si debería de comprar hojas opalina que soy más caras y más resistentes y que en mi campo no sirven mucho. Sólo quería una consulta económica, tú sabes de tipo " voy a ahorrar" pero en realidad no ahorre.

El fin de semana pasado vino Eva a México. Y fui su chica por dos días.
Me compró un capuccino y me hizo llorar.
Ah y también me tomo fotos, y como casi nadie me toma fotos me emocioné y la puse en mi cabecera. Y es mía y esa soy yo.

Ahora que lo pienso cuando vuelva a venir sí voy a bailar en calzones un sábado. Al menos, claro de que no venga en sábado.

viernes, 17 de febrero de 2012

Hoy leí que la peor forma de comenzar una carta es con una disculpa
También que las actitudes de alguien pueden someter la voluntad de otro. Así como el capitalista se apropia del plusvalor generado por la Fuerza del Trabajo del obrero -eso lo aprendí en Economía -.

Y en colectivo la resistencia es mejor.

Le contaba a Enrique que la gente nunca se fija en las orejas, luego parece que la imagen de ellas no corresponde a la anatomía de las personas. Y qué extraño porque las orejas son simbolicamente humanas. Aunque los simios también las tengan, claro. Y a mi me gustan las orejas, mucho.
Siempre las veo. Y eso es frick.

Soy fricky.

sábado, 4 de febrero de 2012

Lo que tú no sabes es que El libro de los Amores ridículos llegó a mi antes que la Levedad del Ser.
Aquel libro lo leí el mismo día en que decidí irme lejos.

TOCO LA PUNTA DE TU NARIZ