sábado, 4 de agosto de 2012

A mi también me da como tristeza no saber qué me pasó. Digo, porque antes me gustaba andar chismorreando mi vida y por ahi también y casualmente la vida de los demás.

No encuentro el espiritu creativo con el que desgarradamente escribia mis ñoñas historias y contaba con placer cómo rodaban las cebollas por los camiones que solía utilizar.
No sé por qué desde que llegué a México, el tiempo, las ganas y hasta el internet se me fueron como agua entre las manos.

Me da risa recordar que en mi curriculum iba a agregar a mi bienamado blog,  nomás por andar presumiendo la mala ortografía y el poco remordimiento literario.