miércoles, 27 de mayo de 2009

NATASHA

Las personas somos sus marionetas. Tenía yo 6 años cuando creia que el mundo estaba gobernado por una niña traviesa. A veces cerraba los ojos e imaginaba los hilos que sujetaban de las articulaciones a las personas, podía ver como del cielo se levantaba la tapa de una casa de jueguete globla, pero pues eso solo sucedía cuando ella era llamada por su mamá para comer una tarta o un pastel de chocolate, y entonces debaja al mundo solo. Y por esos 15 minutos podía gritar, correr, saltar, llorar sin que nadie le manipulara, o peor aún... vigilara.

Estaba tan convencida de la existencia de la niña y los titeres que aseguraba que yo podría ser su muñeac elegida, y que sabia todo de mí, nunca le mentía ,me cuidaba siempre porque podíamos ser amigas. Así que nu me preocupe por hablar con alguien diferente y contarles las cosas que sucedían, ella ya las sabía. Era como mi Diosito.




Y no recuerdo exactamente cuando desaparecio, de pronto ya me imaginaba que era un señor viejito el que cuidaba del mundo, y hasta resulto ser mas poderoso porque podía llegar a leer los pensamientos de las personas. Todas las noches de mi infancia le rogaba que me cuidara mucho y que hiciera feliz a las personas que me hacía feliz, que nunca les pasara nada y que vivieran conmigo siempre. Durante ese tiempo le prometi muchas cosas para que eso pasara. Le pedí que me hiciera mejor, que me perdonara por no ser más buena, por haberle gritado a mi mamá o pegado a mi hermano.

La gente me daba tanto miedo que suplicaba que me convirtiera en alguien fuerte y valiente, o que me diera poderes para volar e irme lejos y llevarme a toda mi familia a un lugar mejor.

Es a lo que le he tenido mas fé, mi viejito en el cielo, y por mucho tiempo le creí firmemente, hablaba sola, lloraba sola porque me sentía ñoña llorando delante de los demás, ahi toda debilucha y aprovechable, así que me esforzaba por lucir fuerte e invencible.
Pero después de rezarle mucho me cansé. Y me di cuenta de que el mundo lucía exactamente igual. No me hizo mas guapa ni fuerte, no me hizo valiente ni me dio alas.

Lo mas probable es que se le haya olvidado, con tanta gente en el mundo es dificl poner atención.