Me gusta volver a tener secretos.
Y sembrarlos en los callejones.
Me gusta contestar con sonrisas y quedarme oxidada mientras bebemos té con galletas.
Esta ciudad todos los días tiene un efecto diferente.
El primer mes recuerdo que casi no salí de mi manzana universitaria.
-De tales horas a tales horas- diría mi mamá.
Es mera cosa de organización para poder viajar a los rincones de esta ciudad.
De Indios a Universidad.
A dos pasos de Juaréz.
Con trasbordo en la café.
Parada en la rosa.
A mi nadie me lleva a vivir con dos gatos.