jueves, 16 de junio de 2011

Mi primera vez contigo


La primera vez que fui a la Ciudad de Mèxico fue hace tres años. Justamente por estas fechas.
Mi amigo Saùl se ofrecio como acompañante una noche que paseabamos por Chapultepec con una cerveza en mano.

Saùl ha sido el amigo más bohemio que he tenido.
Yo lo invitaba a comer a casa y el me paseaba en su coche.
El viaje durò solo tres dìas, dos noches y aùn asì recorrì muchisimos lugares.

Pasò que seudo organizamos el viaje. Nunca hicimos una recepciòn, no llevamos mapa y teniamos una linda etiqueta en la frente que decìa " Hola, soy turìsta puedes engarme".

Duramos màs de dos horas dentro de la estaciòn de autobuses esperando un horario adecuado para hablar a algùn hotel. Cuando lo hicimos todos estaban a reventar. ¡ Oh, dulce temporada vacacional!

Recorrimos la manzana en busca de algun cibercafè para localizar alguna otra morada.
No lo encontramos.
Terminamos desayunando una torta detràs de la central y tomando un taxi con ùtiles y engañosos conocimientos que nos llevò desde el norte hasta el sur ,el taxista era muy agradable , si fingimos que no traìa taximetro.
Paseamos por Reforma y terminamos en una zona de Taxqueña.

Mèxico olìa tan diferente la primera vez. Estaba tan emocionada de pagar sòlo dos pesos por un recorrido silencioso en metro.
Me parecìa de lo màs increìble ver tantas masas con cara de zoobie por las calles.
El zòcalo parecìa inmenso y yo estaba ahì, parada diminutae bajo la bandera estàtica del asta.

Me diò por creer que nunca terminarìa de conocer CU. Que tardarìa años en aprender las lìneas de metro. Poco me llevo prepararme psicològicamente en casa de extravìo, manoseo o robo.

Me veìa a las faldas del Angel contàndole secretos...

En mi primera vez en Mèxico descurbì punzante cuànto me agradarìa vivir allì.
Con què destreza deberìa de sobrevivir de alguna enfermedad gàstrica.

Me pasò que en esos tres dìas volaron las horas dentro de las librerìas de Doncelles.
De las exposiciones en el centro. Me pareciò ver con recelo el cùmulo de descuentos a estudiantes y la empatìa hacia los pobres universitarios.

Me diò por soñarme dentro, muy dentro de ella y por llenar por primera vez la memoria de mi Lolita.

Al final del viaje rematamos con una visita al Teatro Shakespeare con la obra "La Dama de Negro " , fondo de ahorro vacìo, el sacrifio de una comida y un libro que a casi un año serìa firmado por su autor.



Libro de Matemàticas Cuarto año de Primaria...


Eufòrica en el Jardìn de la Escuela Superior de Mùsica

Zòcalo ¿ Por què nunca estàs vacìo?






Terminè viviendo a pocos minutos de este lugar.


¡Cabello largo!
Saùl