jueves, 27 de diciembre de 2012

Días sin ti


Pese a que algunos días parece ser que no tengo gustos tan refinados, por algunos días me gusta sorprender(te). Así como llegar al final del año y ni puta idea de cómo comenzar el siguiente, o tal vez sí: sin ti.

¡ Qué mejor manera!

Mi mamá insiste en que deje de ser tan rebelde y mala persona con los demás, pero es que la malicia no es intencional, sino natural. Ha de ser porque cuando era niña nunca leía cuentos de princesas, aunque con cierta verguenza te confieso que me gustaban los peinados de esas doncellas en los estampados de las loncheras de las demás.

Estás vacaciones entre los bares descubrí que a mi me sigue atrayendo la melancolía guardada entre las piernas de los demás. Para sacudirla y empujarla hacia otros lugares más a-cojedores. Pero nada.
Que eso nunca pasa de las chaquetas mentales.

Espero que te tardes mucho en darte cuenta de que pues sí, te extraño a la mala.
Y digo a la mala para sentirme más viva, y valiente.

¿ Mi propósito de año nuevo?

Desempolvar de la manera más literal los rincones más cachondos de la vida.



Así son los días sin ti, mis días sin ti están de la verga.