No son las incómodas 7 horas de viaje, o que se comparta el baño con la mitad del D.f., ni siquiera es no vea a mis tapatios favoritos, lo más difícil de mudarse a la ciudad más poblada, peligrosa y contaminada es: Tener horario matutino en la escuela.
Hace más de un lustro que no hacia eso. Y es terrible, ahora para poder mantener los ojos abiertos en mi clase de Economía Política tengo que comprar un capuccino órganico, rico rico y caro caro.
Las 6 de la mañana y yo no somos amigos, pero las 3 de la mañana es mi amante.