sábado, 21 de agosto de 2010

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Ayer soñe que iba a mi casa.
Que veía desde la puerta principal como se extendia los patios de colores rojo y amarillo,las plantas con las que hable cuando era niña y los tres encantadores escalones que había antes de llegar a mi cuarto, los mismos donde mi hermana se lástimo el tobillo, y mi hermano jugaba a volar, y yo separaba el escenario del mundo muchos años atrás.

Y todo estaban lleno de polvo.

Cuando entraba a mi cuarto estaba la cama con su extraña posición en que la deje, el librerito tapando la panza de mi pared, mi último dibujo de un zorro en la esquina de una pared, el sillón con los cojines azules .... todo ,lleno de polvo
Como si hubieran pasado años y nadie nunca hubiera vuelto a entrar.

Y me dio tristeza.


Después veia a mis papás y mis hermanos saludándome desde la proa de un barco, gritaban que venían a verme, que mi papá había perdido dos boletos de avión y que tuvieron que tomar de último recurso un barco para viajar todos juntos .Yo estaba en Venezuela y no en la Cd. de México.


En ésta casa hay una perra que ha viajado a Francia, y siempre que llego está en la puerta. Y me recuerda lo mucho que extraño a mi Brandy y su melancolía de nacimiento.

De verdad he tenido graves y silenciosos momentos de tristeza por no ver a mi familia, por no estar ahi en las noches de chistes de Miriam, o ver el color del pelo de mi mamá sobre la almohada, o a mi papá y sus platicas de la vida adulta.

En uno de los viajes que hize antes de establecerme definidamente aquí, lloré mucho porque tenía miedo de equivocarme y errar en mis decisiones y sueños, me preguntaba si valdría la pena alejarme tanto ellos y puede que no tenga la respuesta en éstsa escasas pero interminables semanas, sólo espero que el costo sea proporcional o menor a la maravillosa recompensa que implique hacerlo.