miércoles, 25 de agosto de 2010

De los fines de semana se pueden contar un montón de cosas.
He tenido abrumadores domingos que no terminan hasta las 4 haciendo un informe de Historia Económica.

Otros amanecen en otras casas o estados.
Como en el primero, que nos cruzamos la ciudad en el metro más silencioso. Ahora entiendo porque la gente no habla cuando viaja en él, tiene un arrollador efecto arrullador.
Y llegamos al estado de México, y nos invitaron a una fiesta, que mas bien parecia que era una nave, porque todos estaban en un viaje espacial potente. Hasta conocimos a Charlie Brown, que hablaba, hablaba, y hablaba y no sabiamos que decia o cuando iba a vomitar. Luego nos enteramos que amanecio abrazado de otro astronauta.

En el segundo fui a mi primer tokín chilango, ví a Vicente Gayo!, 60 Tigres y a otros vatillos.
Una cosa excitante, porque la gente bailaba de lo más extraño, había un montón de muchachos altos y barbudos y fotográfos para regalar. Y yo baile, y baile y baile ( brinque, y brinque y brinque) y termine coreando las canciones aunque en mi vida los habia escuchado.
Como que saber que venía de otra parte de la republica me dio valor para poner en práctica aquellos pasitos que en el fondo de reservaba en Guadalajara.

Y para cerrar con broche de oro la noche en el Pasaguero, conocí a un compilla que andaba de fotografo, Iñiqui. Piquenle aquí que ha subido las fotos de esa noche.



Y que decirles del próximo, que si ha nadie se le rompe un dedo toca reSound. Y pasando eso más música, más fiestas, más techos desconocidos y más vida en México.

ujuuuuuuuuu!!!!!


(Agradecimientos especiales a mi querido Luis, que me regala tortas y por eso no me muero de hambre y puedo ir a fiestas)