miércoles, 18 de mayo de 2011

(-1)

El placer exibicinista se me està quitando.
Tal vez sea porque ya no tengo ninguna necesidad de decirle a nadie que le odio/amo.

O Tal vez sea porque aprendí que existen otras maneras màs sanas de vomitar las cosas.
A eso me refiero cuando digo que me gustaría regresar a mis joviales años de adolescencia drámatica, me sentìa más fresca y libre; ahora me da miedo que alguién venga a decirme que ya pasó de moda todo.

Me pasa que llego cansada muchos dìas y sòlo quiero un abrazo en unos brazos pecosos.
Y le sumo que las cosas no me han salido como yo pensè. No creí que venir a perseguir aventuras de escritores invisibles resultara el sacrificio de amistades y cariños.

La gente viene a decirme que luzco diferente, y claro mi refrigerador es demasiado pequeño como para saturarlo de carne fresca los dìas que a mì me gustarìa.
Y no me dan muchas ganas de entallar dialogos seudo analistas de con otros seudo analistas-critícos de temas aguados.

Me viene un pavor por las nuevas personas.
Y una mediocridad profunda ante la vida. Y a esto yo no le llamarìa " madurar".
Me huele a que es una recesión con una concávidad hacìa abajo aguda.
Me viene pasando igual si un día recuerdo que soñé o si ya comiezo a disfrutar de manera cachonda el picoteo de los zancuditos.

Ni tengo idea qué día del calendario me robaron abril.

Me gustaría llegar un día a contar con que maravillas, desgracias e injusticias me paseo por la limosina naranja o la cara de inexperta que pongo cuando debo escoger las acelgas.
Pienso que salir corriendo hacia Reforma resulta absurdo a estas alturas.
Y ya me siento fátigada del desorden hormonal. Y què me importa si aquì no van los puntos.

A veces se me olvida que tan grande es el mundo. " La vida es demasiado corta para equivocarte de trabajo".

Un día voy a regresar.

PD. Quiero negar rotundamente que la distancia entre aquí y aquí sea la misma.
Cada año 40 personas se suicidan en el metro de la Ciudad de México.

(PD. Ricardo Cázares)